En esta segunda parte del monográfico sobre Phil Spector, afrontamos el ocaso -mental- del productor, que curiosamente estuvo acompañado en sus primeros compases de un resurgir creativo y comercial, de la mano de los Beatles, que le llamaron para solucionar su propio final: Let It Be.
Tras su vuelta por todo lo alto, casi a cada una de sus producciones le seguirían delirantes historias sobre sus locuras en el estudio, que incluían disparos al techo, amenazas, secuestros de los másters (y de su propia esposa, Ronnie Spector), y mucho alcohol y drogas.
¡De aquí no se va nadie hasta que lo diga Smith & Wesson!