«Vive rápido, muere joven, y deja un bonito cadáver», decía un jovencísimo John Derek en «Llamad a cualquier puerta», inventando sin proponérselo el lema del rock ‘n’ roll. Un «leitmotiv» que se aplica a la perfección a todos esos grupos de los sesenta, que como una estrella fugaz iluminaron el firmamento del rock, antes de quemarse rápidamente.
Los Beatles, la Creedence, Hendrix, Joplin, los Doors, los Yardbirds… todos ardieron intensamente, y con sus cortas pero intensas carreras cambiaron la música popular para siempre.