Con el tronco de Yule aún ardiendo en nuestra chimenea, nos resistimos a dejar marchar el espíritu -pagano- de la Navidad, o del Yuletide.
Y no hay mejor manera de honrarlo que contando historias de fantasmas reunidos en torno al fuego de una hoguera protectora tal y como manda la tradición eslava de Iyoll (que conoceremos de la mano de la antropóloga soviética Mercedes Pullman).
Un campo de maiz cerca de Clear Lake, Iowa, la casa de Elvis, Graceland, el Ryman Auditorium de Nashville o Earnestine and Hazel’s, el garito más encantado de todo Memphis son solo algunos de los lugares que visitaremos en busca de actividad -rockeramente- paranormal.